Ser creativo significa combinar nuestros conocimientos
con la imaginación
- Vicent Ryan Ruggiero -
Hoy he recordado que cuando era niña todo parecía posible, el tiempo se congelaba y nunca dejaba de imaginar.
A menudo oigo decir a la gente: ¡no soy nada creativo! Como si fuera patrimonio de ciertas personas tocadas por una barita mágica, un don innato fruto de la genética.
La palabra creatividad tiene su origen en el verbo crear, cuya raíz etimológica se encuentra en el latín, “creare”. Crear significa engendrar, producir, dar vida. Comparte origen con “crescer”, crecer. Crecer es incrementar, aumentar de tamaño o de intensidad. Se podría decir entonces que, al crear, algo crece, se expande.
Todo lo que tenemos en estos momentos se lo debemos a la creatividad. La creatividad nos ayuda a vivir de forma más plena.
Solemos asociarla con al arte. Es cierto que el arte, es un gran liberador de nuestra esencia creativa, aunque esta nos puede venir a visitar en cualquier momento y lugar. Se puede ser creativo cocinado, buscando soluciones efectivas e inspiradoras en momentos de crisis, dando lugar a nuevos emprendimientos. La creatividad no es propiedad de artistas. Cualquiera puede tener una nueva idea, realizar nuevas conexiones o hacer las cosas de forma diferente.
El miedo bloquea nuestra creatividad. Miedo a no ser suficientemente buenos, originales, miedo al juicio ajeno, al rechazo.
Somos capaces de crear, cuando volvemos a ser como niñas/os, viviendo el ahora, deshaciendo las ataduras de nuestros pensamientos y expresándonos libremente.
El ser humano tiene la capacidad de aprender. Por ello la creatividad puede entrenarse. Podemos ser cada vez más creativos. No es algo reservado para poetas o genios locos. Ni tan siquiera debemos tener grandes ideas trasformadoras, aunque siempre son bienvenidas. A veces en la sencillez podemos encontrar el camino.
Nuestra mente está programada, se mueve según ciertos patrones. Una de las formas de potenciar la creatividad es la reeducación mental. Lo que muchos dicen, desaprender para volver a aprender.
Para romper con estos patrones mentales y de esta manera dejar espacio a la creatividad, podemos seguir las siguientes pautas:
La idea es convertir la creatividad en un hábito que nos permita no solo crecer, sino también creer en nosotros. Y esta conexión es bidireccional; Creer nos da el empuje necesario para Crear, lo que nos hace Crecer personal y espiritualmente.
Ser creativo significa combinar nuestros conocimientos
con la imaginación
- Vicent Ryan Ruggiero -
Hoy he recordado que cuando era niña todo parecía posible, el tiempo se congelaba y nunca dejaba de imaginar.
A menudo oigo decir a la gente: ¡no soy nada creativo! Como si fuera patrimonio de ciertas personas tocadas por una barita mágica, un don innato fruto de la genética.
La palabra creatividad tiene su origen en el verbo crear, cuya raíz etimológica se encuentra en el latín, “creare”. Crear significa engendrar, producir, dar vida. Comparte origen con “crescer”, crecer. Crecer es incrementar, aumentar de tamaño o de intensidad. Se podría decir entonces que, al crear, algo crece, se expande.
Todo lo que tenemos en estos momentos se lo debemos a la creatividad. La creatividad nos ayuda a vivir de forma más plena.
Solemos asociarla con al arte. Es cierto que el arte, es un gran liberador de nuestra esencia creativa, aunque esta nos puede venir a visitar en cualquier momento y lugar. Se puede ser creativo cocinado, buscando soluciones efectivas e inspiradoras en momentos de crisis, dando lugar a nuevos emprendimientos. La creatividad no es propiedad de artistas. Cualquiera puede tener una nueva idea, realizar nuevas conexiones o hacer las cosas de forma diferente.
El miedo bloquea nuestra creatividad. Miedo a no ser suficientemente buenos, originales, miedo al juicio ajeno, al rechazo.
Somos capaces de crear, cuando volvemos a ser como niñas/os, viviendo el ahora, deshaciendo las ataduras de nuestros pensamientos y expresándonos libremente.
El ser humano tiene la capacidad de aprender. Por ello la creatividad puede entrenarse. Podemos ser cada vez más creativos. No es algo reservado para poetas o genios locos. Ni tan siquiera debemos tener grandes ideas trasformadoras, aunque siempre son bienvenidas. A veces en la sencillez podemos encontrar el camino.
Nuestra mente está programada, se mueve según ciertos patrones. Una de las formas de potenciar la creatividad es la reeducación mental. Lo que muchos dicen, desaprender para volver a aprender.
Para romper con estos patrones mentales y de esta manera dejar espacio a la creatividad, podemos seguir las siguientes pautas:
La idea es convertir la creatividad en un hábito que nos permita no solo crecer, sino también creer en nosotros. Y esta conexión es bidireccional; Creer nos da el empuje necesario para Crear, lo que nos hace Crecer personal y espiritualmente.
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